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¿Qué es la Inteligencia Financiera?
La inteligencia financiera es la habilidad que poseemos las personas para resolver los problemas relacionados con el dinero. Este tipo de inteligencia no es una cualidad innata en el ser humano, sino que es un músculo que se puede trabajar y entrenar y, aunque depende de la psicología de cada persona y su autocontrol, siempre puede mejorarse con la formación y el asesoramiento adecuados.
La inteligencia financiera no tiene nada que ver con la inteligencia emocional o el coeficiente intelectual de cada uno. Existen personas brillantes en el campo psico-emocional o en el intelectual, pero que no son capaces de generar dinero de forma sostenida en el tiempo, han recurrido al crédito más de lo debido, no son capaces de tener trabajos estables (por lo que no tienen una fuente constante de ingresos), el dinero les quema en las manos (por lo que carecen de ahorros), hacen malas inversiones, asumen muchos o pocos riesgos o bien ahorran tanto y son tan tacaños que el dinero se convierte en una obsesión y una fuente de sufrimiento y agobio para esas personas.
Aunque en el colegio y a lo largo de nuestra vida académica aprendemos muchas cosas útiles, lo cierto es que la mayoría de las personas no reciben una formación adecuada en materia de economía. En consecuencia, nos encontramos con adultos que no están capacitados para tomar decisiones responsables con respecto a su dinero, repercutiendo negativamente en sus relaciones de amistad, pareja, familia, hijos, trabajo, etc.
¿Por qué es importante la inteligencia financiera?
La inteligencia financiera ayuda a tomar mejores decisiones, tanto en el plano personal, como en el profesional. Seguro que conocéis casos de personas que han llevado a la ruina a sus socios, familiares que han arrastrado a miembros de su familia a la pobreza económica, personas que han dilapidado el patrimonio de su pareja, amigos que han pedido dinero y jamás lo han devuelto. Estas situaciones son ejemplos no solamente de una mala gestión financiera, sino también de relaciones familiares, empresariales, de amistad y de pareja totalmente arruinadas. De ahí que no solo sea importante ver las consecuencias que una mala gestión financiera puede tener en lo financiero, sino también en muchas otras áreas de nuestras vidas.
Entrevista de Harvard Business Review a Joe Knight, uno de los autores de “Financial Intelligence”, la serie de libros dirigida a emprendedores, profesionales y ejecutivos sobre inteligencia financiera.
¿Cómo desarrollar la inteligencia financiera?
Los consejos que da Kiyosaki al respecto en realidad son muy simples, y a la vez muy eficaces. En primer lugar, la inteligencia financiera se adquiere a base de asumir retos y de ponerse manos a la obra, no delegando en otros nuestras responsabilidades financieras. Por lo tanto, hablamos de una actitud responsable frente a nuestras finanzas, puesto que al fin y al cabo, son nuestras y de nadie más. En segundo lugar, la inteligencia financiera se consigue mediante el asesoramiento, mediante la formación en aspectos económico-financieros que nos brinde luz y consciencia sobre los riesgos que entrañan nuestros movimientos vinculados con el dinero.
¿Qué es importante que recuerdes?
Toma conciencia del dinero
Actualmente tenemos créditos bancarios pre concedidos, en los que basta hacer 4 clicks para tener el dinero en la cuenta. Los bancos, facilitan cada vez más, la financiación, lo que provoca que con frecuencia no valoremos realmente el dinero. Sin embargo, para incrementar tu inteligencia financiera deberías valorar el esfuerzo que existe detrás de cada euro que tienes en tu cuenta bancaria. Tener dinero ahorrado toma su tiempo y no deberíamos incurrir en gastos superfluos. No hay que vivir bajo ningún concepto por encima de tus posibilidades.
Recurre al crédito solo en última instancia
Recuerda que el quid del crédito no es pedirlo, sino pagarlo. Si bien a primera instancia nos puede parecer que el dinero que conseguimos solicitando un préstamo nos va a dar recompensa inmediata, y nos va a dar ese respiro que buscamos, el crédito en sí es una arma de doble filo, puesto que mina por completo la libertad financiera. La mejor recomendación es que si quieres comprar algo y no tienes dinero, mejor ahorrar y comprarlo después. Recurre al crédito únicamente cuando no te quede más remedio y sobre todo, valora cuán de necesario es para tu salud y la de los tuyos ese dinero que pides financiado.
Aprende a ahorrar
¿Por qué nos cuesta tanto ahorrar? Dejando al margen el eterno debate sobre el consumismo actual, lo que es innegable es que los reducidos salarios, juntos con los elevados gastos o costes cotidianos, hacer un colchón económico se convierte en una odisea. Ahorrar no debe ser un sacrificio, pero sí un compromiso. Un compromiso firme, aunque la cantidad que se pueda ahorrar cada mes sea pequeña. Es indiferente si el ahorro lo separas justo al cobrar o tras deducir los gastos del mes, porque lo importante es comprometerse a ello. Para los que están desanimados porque sólo pueden ahorrar una cantidad muy pequeña al mes. Recordar cómo trabajan las hormigas: de forma continuada en el tiempo y de poco en poco, para que compense a lo largo del tiempo.
Pon a trabajar tu dinero
El dinero que ahorras debería darte un rendimiento. De otra forma, si está parado, estás perdiendo parte de tus ahorros pagando comisiones y sufriendo las consecuencias de la inflación. Es la hora de poner tu dinero a trabajar.
Tienes muchas alternativas en función del riesgo que estés dispuesto a aceptar y lo que quieras ganar: planes de pensiones, PIA, invertir en bolsa, fondos de inversión, crowdfunding, criptomonedas, etc. Existen muchas estrategias de inversión que pueden ser interesantes para ti.
A partir de ahora, ya sabes: en cuestiones de dinero, actúa desde la inteligencia financiera, y no desde el corazón.
Cristina Bartés
Chief Operating Officer
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