Para muchos hablar de Andorra e impuestos es sinónimo de paraíso fiscal, pero hace años que nuestro país vecino dejó de ser considerado un paraíso a nivel económico.
Al dejar de ser un paraíso fiscal la carga impositiva en Andorra ha subido en los últimos años y su recaudación directa se ha incrementado al consolidarse su modelo de IRPF. Sin embargo, su presión fiscal es incluso más baja que la de Estados Unidos.
Esto hace que el país resulte muy atractivo para las actividades empresariales, puesto que el Impuesto de Sociedades es del 10 % y existen deducciones para ciertos sectores y determinados tipos de empresas. Además, su IVA también está por debajo de lo que es habitual en Europa.
El IRPF en Andorra
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas andorrano se aplica sobre las personas físicas que tienen la condición de residentes fiscales y engloba todas las rentas obtenidas por el contribuyente, ya deriven de actividades económicas o comerciales.
Uno de los aspectos que hacen que la fiscalidad andorrana sea tan atractiva es que el índice impositivo es del 10 % como máximo y se reduce a un 5 % en el caso de rentas que estén entre 24.000 y 40.000 €. Si la renta es inferior a 24.000 € al año, no es necesario tributar por el IRPF.
El IGI
Una de las peculiaridades que encontramos al hablar de Andorra e impuestos es que no existe Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), sino un impuesto similar llamado Impuesto General Indirecto (IGI) y que es del 4,5 %.
Se trata de un tributo sobre entregas de bienes y prestaciones de servicios realizados en Andorra por profesionales de distintos ámbitos o empresarios y que además sean realizadas a título oneroso. También se aplica con respecto a las importaciones.
Impuesto para la Propiedad Inmobiliaria
El importe de este impuesto varía en función del lugar de ubicación del inmueble y también de su superficie.
En cualquier caso, se aplica en caso de inmuebles construidos y también en el caso de personas que tengan derechos reales de uso (como el usufructo) sobre una propiedad.
Fiscalidad andorrana para las empresas
Cada vez son más las empresas que deciden establecer su domicilio fiscal en Andorra debido a los beneficios que obtienen por ello.
Los dos grandes impuestos que tienen que pagar son:
- Impuesto de Sociedades: es como máximo de un 10 % de los beneficios obtenidos y además existen exenciones particulares en los dos primeros años de creación de la empresa.
- IGI o Impuesto General Indirecto: como hemos visto antes, es del 4,5 % sobre el importe total de la venta de bienes o prestación de servicios.
Existen además otras tasas como la gubernamental, que va de 200 € a 800 € y se aplica a las empresas que no constan en el registro mercantil andorrano.
Impuesto para los no residentes fiscales en Andorra
Se aplica a aquellas personas físicas o empresas que obtienen rentas en el Principado de Andorra pero no tienen residencia en el país.
Todas las personas o empresas que no siendo residentes en Andorra obtengan rentas en el país deben presentar una declaración-liquidación de forma individual y además designar un representante fiscal si las rentas las obtienen de un particular o de un establecimiento permanente.
El importe a pagar es del 10 % de la renta, un 5 % si las rentas se obtienen en concepto de cánones, un 1,5 % si son rentas de reaseguros y un 20 % si son rentas derivadas del alquiler de inmuebles.
Más presión fiscal pero sin perder el atractivo
Andorra ha conseguido dar la vuelta a su estatus y ha pasado en pocos años de ser un paraíso fiscal a ser un país que cumple con los criterios de transparencia exigidos a nivel europeo sin perder por ello atractivo para las inversiones.
A día de hoy es uno de los países más atractivos dentro de Europa para desarrollar proyectos de inversión e iniciativas empresariales de carácter internacional.