Evolución histórica del IPRF en España

Este año se cumple el 44º aniversario de la aprobación por las Cortes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), un impuesto personal, progresivo y directo que grava la renta obtenida en un año natural por las personas físicas residentes en España.

En los ordenamientos tributarios contemporáneos, el impuesto sobre la renta es el pilar más significativo del sistema tributario. El IRPF refleja con nitidez los principios tributarios constitucionales y de justicia material, entre los que cabe destacar el principio de progresividad, de generalidad y de capacidad económica.

El IRPF fue una consecuencia de los Pactos de la Moncloa de 1977, que en el ámbito tributario perseguían modernizar un sistema fiscal anacrónico e ineficiente. En efecto, antes de la aprobación del IRPF ya existía un impuesto llamado popularmente impuesto sobre la renta. Su nombre oficial era impuesto general sobre las personas físicas, que en opinión del ministro de Hacienda, Francisco Fernández Ordóñez, ni era un impuesto, ni era general ni era sobre la renta. La aprobación del actual IRPF también supuso convertir en tributos locales la Contribución Territorial Rústica y Pecuaria y la Contribución Urbana, que son el origen del IBI actual. Por eso muchos mayores aún hablan de pagar la contribución cuando les toca abonar el IBI.

El primer IRPF tenía 28 tramos y tipos impositivos que iban del 15% al 65,5%. En esa época eran habituales los tipos máximos nominales elevados. Tenía la obligación de realizar la declaración todo aquel que obtuviera ingresos superiores a 300.000 pesetas. Aunque era un impuesto sobre las personas físicas, el tributo se configuraba como un gravamen que recaía en la unidad familiar, lo que años más tarde originó la primera gran reforma del tributo.

Fuente: https://cincodias.elpais.com/

A partir de 1978, Hacienda lanzó una campaña de concienciación fiscal. De nada servía haber modernizado un impuesto si los contribuyentes escapaban de él. Fue en esos años en los que salió la campaña “Hacienda somos todos”. En concreto, el lema completo era “Ahora, Hacienda somos todos. No nos engañemos”.

Personajes populares de la época como Bárbara Rey protagonizaron anuncios en televisión. El objetivo era crear algo parecido a una conciencia fiscal. El primer caso mediático que salió a la luz por fraude fiscal fue el de la folclórica Lola Flores, quien no presentó la declaración del IRPF de los años 1982 a 1985, ambos incluidos teniendo la obligación de hacerlo. Luego vendrían muchos más. Era el ejemplo de que algo empezaba a cambiar.

El IRPF nació con tal afán de transparencia que el Gobierno aprobó en 1978 la publicación de los datos de contribuyentes. Las llamadas “listas” se colgaban en las sedes de Hacienda y cualquier español podía bucear en los inmensos tomos para conocer con nombres y apellidos las declaraciones de sus conciudadanos. Las listas se publicaron en 1979 y 1980. Esta práctica se suprimió en 1981, después de que ETA secuestrara al empresario Luis Suñer, que aparecía como el español con más ingresos en la lista inaugural que publicó Hacienda en 1979.

Uno de los cambios más evidentes a lo largo del tiempo en el IRPF es la reducción de la tarifa y de los tramos. En 1978, el impuesto contaba con 28 escalones, en 1991 ya eran 17 y en 2001 se limitaban a cinco.

Con la entrada en vigor de los Presupuestos Generales del Estado para el 2022, tenemos novedades en cuanto a los tramos de IRPF que se aplicarán en España durante el próximo años. Se introdujo un sexto tramo en la escala estatal con un tipo impositivo del 47% para las rentas superiores a 300.000 euros, tal y como aparece en la tabla a continuación:

La evolución de la declaración de la renta en estos 40 años refleja el avance de la tecnología. Los españoles han pasado de hacer cola para comprar un impreso para presentar la declaración a poder realizar este trámite desde un teléfono móvil. En 1979, el primer año en el que se declaró el nuevo Impuesto sobre la Renta, el Colegio de Gestores solicitó una ampliación del plazo de presentación ante la falta de impresos. Los formularios se agotaron en los estancos en Barcelona, obligando a los contribuyentes a acudir a la Delegación de Hacienda, donde también se podían adquirir los impresos. Ello generó largas colas que tuvieron su reflejo en la prensa de la época.

Hacienda recibe actualmente cas 20 millones de declaraciones de la renta. En 1980, gestionó 5,7 millones. Los impresos, que se adquirían en los estancos, costaban 35 pesetas y se rellenaban principalmente a mano. Hoy, los formularios se descargan por internet y desde 2014 está prohibido presentar la declaración a boli. Se contabilizaron 35.000 contribuyentes que aún rellenaban los formularios a mano cuando se vetó definitivamente esta posibilidad.

 

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