Domiciliar la nómina en un banco abre muchas puertas. Para empezar, es la llave para dejar de pagar comisiones de mantenimiento, hacer transferencias gratis y solicitar una tarjeta sin cuotas de emisión ni de renovación. Sin embargo, durante la vida laboral de una persona, es fácil que en algún momento alguien pase a ser desempleado, o constituya una SL y cotice como autónomo, por lo que esa persona deja de ingresar una nómina como tal.
Según datos del Ministerio de Trabajo, en Enero de 2021 se quedaron sin empleo 76.216 personas, lo que supone un total 3.964.353 de parados en España. Eso sin tener en cuenta a los afectados por los ERTE. En estos casos, ¿qué sucede si los ingresos mensuales de una cuenta desaparecen o se reducen?
Si tu cuenta exigía la domiciliación de una nómina u otros ingresos cada mes y has dejado de cobrarlos, entonces lo más probable es que el banco te cobre comisiones. Esto es común sobre todo en las cuentas nómina (aunque existen excepciones de cuentas nómina que no exigen ingresos) y, lamentablemente, es algo que no se puede remediar, ya que figura en la cláusula del contrato de la cuenta.
¿Cómo revertir esta situación?
1. Informarse, de motu propio, estudiando bien el contrato que firmamos al abrir la cuenta cuáles son las condiciones para no abonar comisiones y saber si la entidad equipara la prestación por desempleo al salario.
2. Hablar con nuestro gestor o con el banco e intentar negociar el cobro de comisiones sugiriendo otras soluciones, tales como añadir recibos o realizar ciertas acciones con las tarjetas, con el fin de evitar intentar evitar los costes.
Algunos bancos siguen sin cobrar comisiones, si el cliente, en lugar de percibir su sueldo, recibe el paro, pero siempre y cuando sea de un importe mínimo (a partir de 300 euros, normalmente). En esos casos, se puede estar tranquilo. Sin embargo, no siempre es así y es por eso que hay que comprobarlo.
2. La entidad puede no tener en cuenta la prestación por desempleo y penalizar al cliente por dejar de cobrar una nómina. En esos casos, la solución más sencilla es:
– Buscar un banco que no cobre comisiones por la cuenta corriente, independientemente de los ingresos que tenga el cliente.
– Abrir una cuenta en una entidad que no cobre gastos de mantenimiento si se domicilia el paro. Esta última opción es más arriesgada, ya que si en algún momento se termina la prestación por desempleo y el cliente no lo sustituye por una nómina, tendrá que pagar.
Abrir una cuenta totalmente gratuita es la opción más buena, más bonita y más barata: el cliente no tendrá que abonar comisiones de mantenimiento aunque no tenga ingresos de ningún tipo. Podrá hacer transferencias en euros gratis, pedir una tarjeta sin cuotas anuales para pagar sus compras y sacar dinero en cajeros. Asimismo, también podrá gestionar su cuenta por Internet sin abonar ni un euro y, si el banco incluye estos servicios (la mayoría sí los tiene), pagar con el móvil y enviar dinero por Bizum. Estas cuentas sin nómina obligatoria también permiten recibir ingresos, por lo que si en algún momento se retoma la actividad laboral, se puede domiciliar el salario sin necesidad de cambiar de entidad.