En el ejemplo de una familia con dos miembros adultos que aportan ingresos recurrentes, ya hablamos de si resulta rentable o no tener una tercera cuenta bancaria, pues asumimos que cada adulto ha de tener su propia cuenta.
La cuestión es si todos esos ingresos y gastos compartidos se gestionan mejor desde una tercera cuenta en la que los dos cabezas de familia tengan autorización y a la que se pueden llevar partidas comunes o un porcentaje de los ingresos de cada uno, o no.
De ser así, hay que pensar la utilidad o no de esta cuenta y valorar el coste de tenerla operativa. Digamos que la comodidad de tener una cuenta bancaria adicional debe valorarse ante los costes administrativos que supone tenerla activa.
Y sin contar las cuentas bancarias para los niños, si los hubiera
Tampoco es baladí la decisión de tener o no una cuenta bancaria independiente para los niños. Suelen tener bajas comisiones y ayudan a separar los ahorros de los hijos para que no entren en los gastos familiares, así como a educarles en la cultura financiera.
Ejemplos de cuentas bancarias adicionales en una pareja
Las finanzas familiares se hacen un poco más complejas que las finanzas individuales. Por ello es muy habitual que la pareja tenga una tercera cuenta común donde hacer aportaciones mensuales y donde domiciliar los pagos comunes (hipoteca, alquiler, etc.).
Por lo tanto, partimos del hecho de que cada miembro de la familia con ingresos dispone de su cuenta bancaria donde recibe su nómina, tiene su bizum, paga sus tarjetas de crédito, domicilia algunos recibos que le son particulares, etc. Es decir, lo que sería una cuenta para las operaciones diarias. Pero hay casos en los que esta tercera cuenta común para gastos no es suficiente. Como por ejemplo en los siguientes casos:
Caso 1: Si uno de los dos miembros de la pareja es autónomo es posible que no quiera o no pueda trabajar con una única cuenta. En ese caso, dispondrá ya de una segunda cuenta en la que domiciliar los cobros y pagos de la empresa del tipo cuota de autónomos o impuestos como el IVA.
Esta cuenta suele abrirse con una cifra redonda y así se puede saber rápidamente cuál ha sido el beneficio desde su inicio y el nivel de liquidez actual (capacidad del inversor en cada momento de realizar operaciones).
Caso 3: Si la pareja decide abrir una cuenta de ahorro para ir acumulando dinero periódicamente para un objetivo común (como eran las antiguas cuentas para vivienda de los jóvenes) o para la entrada de un piso, un viaje, la boda, etc.
Caso 4: Si la pareja decide abrir una cuenta para un recién nacido con el fin de apartar todos aquellos ingresos que pueda recibir durante su vida. Son muy útiles para evitar regalos innecesarios para el bebé o el niño pequeño y no tienen gastos, pues apenas tienen operativa. Los padres son administradores absolutos de estas cuentas.
Caso 6: Si la pareja dispone de cuenta abierta en otro país o en otra divisa. Puede ser el caso de que alguno trabajara, viviera un tiempo en el extranjero o invierta en otra moneda (o criptomoneda) y no quiera o no le interese traer ese dinero de vuelta a casa (inversiones allí o tributación desfavorable en España).
Caso 7: Si la pareja dispone de una cuenta donde gestionar los alquileres y gastos de una vivienda arrendada que quiere mantener aparte de los demás ingresos y gastos de la familia, por aquello de dejarlo aislado de las finanzas familiares, como si fuera una empresa.
¿Compensan estas otras cuentas familiares?
Cada familia deberá responder a esa pregunta de forma individual. Lo que sí es cierto es que el mercado bancario ofrece alternativas para tener cuentas sin comisiones y sin nómina o requisitos de vinculación, lo que abre la puerta a poder tener una tercera cuenta sin arruinarse en el intento.
Lo mejor es preguntar en el banco donde ya se tienen las otras cuentas con nómina y ya existe esa vinculación o buscar en el mercado esas cuentas de bajas comisiones donde poder separar parte de la actividad bancaria de la familia.
En Internet existe buscadores para encontrar cuentas bancarias para distintas finalidades y distintos costes. Con ellas es posible gestionar las finanzas familiares en varias cuentas bancarias sin dejarse el ahorro por el camino.