Los modelos de largo plazo del BofA indican que el S&P 500, la referencia de la renta variable del mercado, volverá a revalorizaciones de + 8%. Eso sí, primero hay que encontrar soporte.
Según los analistas, una vez que el mercado toque fondo- según éstos todavía no lo ha hecho- se prevé una revalorización atractiva de acciones que las llevaría por encima del + 6%. A esto, el BofA añade un +2 % “extra” por Dividendos y las cuentas le salen por un + 8% de beneficios a largo plazo en el S&P 500.
Este 8% ( una estimación) es importante ya que, si se cumple la expectativa, significaría que la Renta Variable (Bolsa) superaría a la tasa libre de riesgo del +4% – Rendimiento Bonos Soberanos USA – es decir, la bolsa, el riesgo, presentaría un alfa positiva respecto a la renta Fija soberana.
Y mientras no toquemos fondo …
Bank of America recomienda Energía por encima de todas las cosas y, valores sólidos (acciones y Bonos) con calificación de investment grade ( deja fuera los high yield o bonos basura) y con un FCF, o Flujo de caja disponible, muy alto. Descarta materiales y materias primas con alta beta respecto a inflación. Es decir, si la inflación empieza a bajar o la recesión se acentúa o alarga en el tiempo, destruyendo demanda, ambos activos caen rápidamente.
La recomendación de valores con alto FCF es importante puesto que se espera que en los próximos meses, ante la presión alcista de los rendimientos de Bonos Soberanos (EEUU y Europa), los rendimientos de los Bonos corporate también van a subir y, evidentemente, las empresas van a necesitar un flujo de capital disponible abultado para hacer frente a los pagos de intereses y dividendos.
Si dicho FCF no es suficiente, las compañías deberían buscar el dinero a crédito y, dados los tipos altos para conseguir capital, aumenta rápidamente el riesgo de default o impago.