Una historia para reflexionar: “La elasticidad del tiempo”

 

El tiempo organiza nuestra vida personal, las relaciones entre los seres humanos, las actividades sociales y también las laborales. Cuando nacemos, nace nuestro tiempo y cuando morimos, muere con nosotros. Crecemos en el tiempo y en él tejemos nuestra personalidad a partir de nuestras vivencias. Podemos convertir los hilos de nuestra vida en una preciosa trama y bordar una tela magnífica o acabar confeccionando un tapiz lleno de nudos y enredos. El día tiene veinticuatro horas, ¿qué hacemos con ellas que siempre nos quejamos de que no son suficientes?

Cierto día, en una conferencia, un experto asesor sacó un jarrón de vidrio, de boca ancha, de debajo de la mesa. Luego sacó una docena de piedras del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una a una dentro del jarrón. Cuando el jarrón estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras, preguntó al auditorio:

—¿Está lleno este jarrón?

—Sí –dijeron todos los asistentes.

—¿Están seguros? –replicó el conferenciante.

Sacó entonces una bolsa con piedras pequeñas. Echó las piedras en el jarrón y lo sacudió, con lo que consiguió que las piedras pequeñas se acomodasen en el espacio vacío entre las grandes. Cuando hubo hecho esto, preguntó una vez más:

—¿Está lleno este jarrón?

Esta vez el auditorio ya suponía que habría gato encerrado y uno de los asistentes dijo en voz alta:

—Probablemente no.

—Muy bien –contestó el asesor.

Sacó otra bolsa, ahora llena de arena y empezó a echarla en el jarrón. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.

—¿Está lleno este jarrón? –preguntó una vez más al grupo.

Esta vez varias personas respondieron a coro: —¡No!

—¡Muy bien! –dijo el asesor una vez más.

A continuación sacó una jarra llena de agua y vertió agua en el jarrón hasta que estuvo lleno hasta el mismo borde. Cuando terminó, miró al auditorio y preguntó:

—¿Cuál creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?

Uno de los espectadores levantó la mano y dijo:

—La enseñanza es que no importa lo llena que esté tu agenda. Si de verdad lo intentas, siempre podrás hacer más cosas.

—¡No!, ésa no es la enseñanza. Lo que esta demostración nos enseña es lo siguiente: Si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento. ¿Cuáles son las piedras grandes en tu vida? ¿Un proyecto que deseas hacer funcionar? ¿Tiempo con tu familia? ¿Ser un trader consistente? ¿Encontrar a alguien especial? ¿Alguna causa que desees apoyar? ¿Enseñar lo que sabes a otros? ¡Piensa siempre en poner las piedras grandes primero o luego te resultará imposible!

 

Cristina Bartés

Chief Operating Officer

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