¿Funcionaría una empresa sin jefes?

Empresas en las que un trabajador y empresario (jefe) tiene el mismo poder para decidir. Puede parecer irreal, pero este tipo de compañías sí existen. Se le llama holocracia, un sistema de organización de empresas que se viene adoptando en los últimos años en algunas de ellas con buenos resultados.

¿Qué es la holocracia?

El término ‘holacracia’ (del griego holos+cracia) se entiende como gestión sin jefes, “el poder es de todos”. Este modelo, que no es nuevo, está basado en dis principios básicos: por un lado, la autonomía de los trabajadores y por el otro, la corresponsabilidad.

Se trata de empresas horizontales en las que no hay jefes, ni estructura jerárquica ni puestos de trabajo definidos. Hablamos de roles, los profesionales se organizan en círculos y todos pueden trabajar en la parte o partes del proceso que deseen.

Implementar la holocracia en una organización no es una receta mágica para resolver los problemas de gestión en Recursos Humanos. De hecho y, muy probablemente, no sea un sistema apto para ejecutar en todo tipo de empresas. El éxito de la holocracia depende no solamente de la industria en la que se inserte una compañía, sino de su tamaño, objetivos y, sobre todo, valores y cultura vigentes.

Al mismo tiempo, instaurar este sistema no puede darse en forma radical de un día para el otro, sino que, por el contrario, exige de tiempo y recursos para poder asegurar su correcto funcionamiento. Dicho esto, lo cierto es que en caso de que la transición de empresa tradicional a empresa holocrática se da en manera satisfactoria, las ventajas son considerables.

Al fomentar la comunicación interna entre los miembros de la plantilla sin cuellos de botella ni trabas burocráticas, esto fomenta un espacio que da lugar a la creatividad y, por lo tanto, a la innovación de los procesos de producción internos. Por otra parte, la desaparición de los rótulos y jerarquías tradicionales alimenta la cooperación entre los empleados quienes pueden autogestionar sus tareas y, por lo tanto, sentirse empoderados en su rol.

Gracias a esto es más fácil lograr que todas las personas se involucren de la misma manera en pos de alcanzar los objetivos de negocio de nuestra empresa, incrementando así el employee engagement.

Ha recibido críticas la holocracia?

Steve Denning, autor de gestión y liderazgo, en la revista Forbes, advirtió que este nuevo modelo no es la panacea, argumentando que eliminando la jerarquía, todas las decisiones se llegan a canalizar hacia abajo de círculo en círculo sin una estructura clara, en la que cada círculo posterior llega a saber menos que el anterior. También aseguró que las normas o procedimientos que se establecen en este sistema, para empresas centradas y siendo ágiles en un cliente, la holocracia es una manera de apostar por el rigor administrativo, pero que este modelo no funciona en una organización que no tiene la pasión y la agilidad por el cliente.

Ejemplos reales de compañías que han implementado holocracia

A pesar de que son muchos los detractores de este modelo, pese a ser algo novedoso, existen varias empresas de renombre que apuestan por este modelo y, de momento, la cosa les ha ido bien. Esta forma de organización empresarial surgió en 2007 de la mano de Brian Robertson, que la empezó a implementar en Ternary Software. Desde entonces, otras empresas como Zappos, W-L Gore, productora del tejido Gore-Tex o Whole Foods la han implementado con éxito.

Y la pregunta del millón: si os dejaran decidir, ¿preferiríais una empresa con gestión de jefes tradicional o la holocracia? ¡Os leemos en comentarios!

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