Malas decisiones financieras y Neurofinanzas.

Nuestra compañera Cristina Bartés, Directora de Operaciones de AD y ponente de Coaching Financiero en nuestro programa de formación y tutorías de inversión, publica este interesante artículo que relaciona las malas decisiones financieras con el comportamiento de nuestro cerebro. Una ocasión para conocernos mejor frente a las inversiones y el trading. 

Por ahora sabemos que el cerebro humano de un individuo adulto pesa en torno a 1500 gramos  y está compuesto por aproximadamente cien mil millones de neuronas, cada una de ellas  directamente vinculada con otras (entre 1.000 a 10.000 neuronas). La neurocorteza (centro de  nuestras mayores funciones mentales) es capaz de realizar 100 trillones de conexiones.  

En este complejo y vasto universo se centra la investigación de los especialistas en  Neurofinanzas, quienes se enfocan en la búsqueda de respuestas a interrogantes con  connotaciones financieras que pueden estar ocultas en algún lugar de los 96.000 kilómetros de  instalaciones eléctricas neurales dentro de nuestras inteligencias (Zak, 2004; Levy, 2006). 

Vamos a reflexionar acerca de las siguientes preguntas: 

¿Por qué las personas juegan lotería si las posibilidades de ganar son ridículas? 

¿Por qué las mismas personas que juegan lotería compran seguros, inversiones que, si bien  protegen de pérdidas financieras no anticipadas, cuentan con retornos esperados negativos?  

¿Por qué fallamos constantemente en nuestra planificación y proyectos de largo plazo al no  poder resistir la tentación de la satisfacción inmediata?  

¿Por qué, en beneficio de nuestro propio interés o el de los nuestros, estamos muchas veces  dispuestos a castigar injustamente y sacrificar a los demás? (Peterson, 2007; RongJun y XiaoLin,  2007; Baucells y Sarin, 2007).  

Para dar respuesta a estas cuestiones, hay que echar un vistazo primero a las partes que  componen nuestro cerebro: 

Fuente: “Las finanzas conductuales: La Psicología de la Inversión” (Credit Suisse, 2016)

La parte más antigua, el núcleo interno del cerebro, es el tallo (tronco cerebral o encefálico). El  tallo cerebral controla funciones corporales claves como la circulación, respiración y digestión.  

El sistema límbico es otra parte del cerebro humano y desempeña un papel importante en la  intuición. Es el responsable de:

  1. Nuestros sentidos (situados en el tálamo)  
  2. Nuestrosinstintos, como la supervivencia y la reproducción (situados en el hipotálamo), 3. Nuestras emociones positivas (situados en el núcleo accumbens) y 
  3. Nuestros temores (situados en la amígdala).  

Otra parte del cerebro es la corteza cerebral (telencéfalo) y ocupa nada más ni nada menos que tres cuartas partes del cerebro humano. Lo que distingue a los seres humanos de otras especies,  precisamente, es la corteza prefrontal:su función es la memoria a corto y a largo plazo, así como  el aprendizaje, planificación y autocontrol. El telencéfalo también nos ayuda a reflexionar sobre  sentimientos como el amor, el odio y la felicidad.  

Cuando tenemos que tomar decisiones, nuestro sistema límbico y telencéfalo se activan. La  intuición y las emociones se encuentran con la cognición, el entendimiento, la razón. Estos  sistemas no siempre actúan al unísono jugando, las emociones, un papel predominante en  numerosas ocasiones. De ahí que la causa de las malas decisiones financieras o de las  decisiones financieras aparentemente irracionales, sea el tan famoso como investigado binomio razón-emoción.  

En numerosas ocasiones somos conocedores de los beneficios aplastantes de la práctica regular  de ejercicio físico, de la correcta organización para aprobar un examen o bien la estructuración  de nuestras obligaciones para obtener resultados positivos. Sin embargo, no siempre somos emocionalmente capaces de seguir las directrices de la razón. Ello se debe a que a la hora de  tomar decisiones en el ámbito que sea – personal, profesional, deportivo, etc. – , no las tomamos  en base a la razón única y exclusivamente, sino que es la emoción la que determina la decisión  final. La inversión en los mercados financieros tiene, además, un componente de complejidad  mayor: podemos tener toda la lógica y razonamiento de nuestra parte y que, sin embargo, el  mercado realice un movimiento abrupto e impredecible que no podamos prever desde el  Análisis Técnico, o que la información de los mercados en el Análisis Fundamental no nos llegue  con la antelación suficiente para que podamos gestionar nuestras operaciones. Es en estos  imprevistos cuando la emoción alcanza su mayor esplendor.  

¿Sabías que…? 

La relación entre razón y emoción aparece desde la Antigüedad, en la filosofía clásica, como una  cuestión central tanto para el estudio de la naturaleza del comportamiento humano como para  la comprensión de la justificación moral, los juicios y los valores. Desde las posiciones extremas  que condenan la emoción por ser un obstáculo a la razón, y como consecuencia se consideran  experiencias negativas, como aquellas que la consideran como un impulso o una fuerza que  puede ser adecuadamente orientada hacia nobles propósitos. 

Cristina Bartés Vicente AD.

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Joaquín

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